Vías de tren suspendidas en el aire y semisumergidas en Asturias. La fuerza del agua deja impactantes escenas en Cabañaquinta: en total, unos 200 kilómetros de vías férreas anegadas, casi el 50% de la red. En Moreda de Aller, un puente ha quedado arrasado al paso del torrente, que también se llevaba por delante el quitamiedos de la carretera.

El río Nalón ha sufrido tal crecida que ha obligado a cerrar la Central Térmica de Lada y a evacuar a sus 90 trabajadores por precaución. Sólo el río Narcea está en alerta a su paso por Pravia. Sigue completamente desbordado: ha causado cuantiosos daños; tantos, que su alcalde ha pedido declararlo zona catastrófica.

Es el peor azote de un temporal desde 1988 con cuatro muertos. La carretera en Mieres fue también una trampa mortal en la que sufrió un accidente otra víctima. Su coche acabó despeñado. Horas después, también perdía la vida un motorista al resbalarse en la A6 por la lluvia. Después era atropellado por otros tres vehículos.

Un vistazo aéreo a Torrelavega, Mogro y Ruente muestra escenarios similares. Cantabria entera está desbordada por las intensas lluvias. En Villanueva de la Peña, sus habitantes siguen angustiados. En este caso, desde 1983, cuando el temporal dejó tres muertos, no recuerdan nada igual.

Hay 61 municipios afectados y 114 evacuados. Ahora se vuelcan con las labores de limpieza, para intentar recuperar la normalidad. La UME sigue trabajando sin parar achicando agua en Torrelavega o Corrales de Buelna, en garajes o sótanos. La lluvia ha dado una tregua, pero el caudal de los ríos sigue siendo muy potente.

En Logroño, lo que más preocupa es el Ebro. El río arrastra un caudal 1.200 litros por metro cúbico por segundo. Horas atrás, tenía un caudal de 100. Una imagen que impresiona, y que mucha gente se acercaba a ver apurando al máximo. Pero no se descarta que el Ebro alcance los 1.400 litros.