La Audiencia de Teruel ha condenado a prisión permanente revisable al criminal serbio Norbert Feher, Igor el Ruso, por los asesinatos a tiros de un ganadero y de dos guardias civiles en una zona rural del municipio turolense de Andorra la noche del 14 de diciembre de 2017.

Según informa el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), el tribunal estima la petición de la Fiscalía sobre la base del veredicto del jurado que enjuició el caso e impone dos penas de 25 años de prisión por dos de los asesinatos y prisión permanente revisable por el tercero. Además, establece condenas de 5 años de prisión por cada uno de los tres delitos de robo con violencia que le fueron imputados, así como indemnizaciones a las familias de las víctimas por más de 3 millones de euros.

En su sentencia, el magistrado que presidió el juicio advierte en su resolución que no se le podrá suspender la condena al procesado hasta haber cumplido al menos 30 años.

Por otro lado, la resolución absuelve a Igor el Ruso de los delitos de tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal de los que también había sido acusado.

"Disparé cara a cara"

Durante el juicio, Igor el Ruso aseguró ante el juez que "no quería matarles": "Si hubiera podido salvar mi biblia de otra manera, esas dos personas (Víctor Romero y Jesús Caballero) estarían vivas".

El ya condenado por los asesinatos explicó en sala que si hubiera querido matarlos, "aunque había poca luz, hubiese hecho una ráfaga en la cabeza". Desde dentro de la cámara de seguridad en la que ha declarado, apuntó cómo fue exactamente el tiroteo: "Disparé cara a cara", afirma. Además, lo hizo con las dos manos a la vez. Después huyó del lugar. Por entonces, según su versión, respiraban. Así ha continuado relatando que cuando se fue se llevó sus armas y sus mochilas sin saber que dentro estaban sus móviles.

En su testimonio, Igor el Ruso insistió varias veces que si hubiera tenido su biblia no les habría matado y, al ser preguntado por la peculiaridad de la misma, ha reiterado que la biblia "no es más que nuestro cuerpo, un contenedor", pues "nuestra alma es inmortal".