La Conferencia Episcopal Española se ha reunido este viernes con el Papa Francisco para explicar por qué han tardado tanto en abrir una investigación sobre los abusos sexuales a la iglesia.

Esto sucede después de que el pasado diciembre un informe llevado por el diario 'El País' al Vaticano que recoge 251 acusaciones de pederastia ha provocado que se abra una investigación en la Santa Sede y así arrojar luz sobre los cientos de abusos que se habrían producido.

En este informe, de 385 páginas, se recogen denuncias de casos que van desde 1943 hasta 2018. Según el diario, desde los años 30 se acumulan más de 600 casos de abusos en la iglesia española, con 1.237 víctimas desde los años 30.

Según ha explicado el propio presidente de los obispos, el cardenal Juan José Omella, cada diócesis ha recibido el informe y quieren ir caso a caso y víctima por víctima para conocer el alcance de la situación. No fue hasta mediados del pasado diciembre cuando la Iglesia decidió pedir disculpas por lo sucedido en el seno de su organización.

"'En la mayoría de los relatos se habla de pederastas que abusaban de decenas de niños y conductas que eran un "secreto a voces"', explican. Este informe le fue entregado al papa Francisco el pasado 2 de diciembre en forma de dossier. Las víctimas han denunciado que, en treinta años, no se ha hecho nada para investigar lo sucedido.

El informe también ha sido entregado a la Conferencia Episcopal Española, concretamente a su presidente, el también arzobispo de Barcelona Omella. Los abusos afectan a 31 órdenes religiosas y a 31 diócesis. La diócesis de Astorga fue la primera en crear un órgano para atender a las víctimas en 2019, aunque también fueron acusados de silenciar casos.

Durante los últimos tres años, desde el diario se ha llevado un trabajo de investigación para corroborar las distintas historias, descartándose mucho otros que siguen bajo investigación.

La investigación ya está en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que centraliza la investigación de la pederastia en el mundo católico. Los resultados no deberían tardar en llegar más de tres meses.