Casi medio siglo. Es lo que ha tardado la Policía en identificar el cadáver de una niña de 15 años que apareció muerta y atada a un árbol en 1974 en Florida, Estados Unidos. Ahora, décadas después y gracias al avance de la tecnología, los agentes han podido identificar a la menor como Susan Poole, desaparecida dos años antes.

Además, la Policía del Condado de Palm Beach ha pedido la colaboración ciudadana para localizar a la madre de la víctima, que sigue viva y hoy en día tiene más de 90 años, para poder darle la noticia y que la familia encuentre paz al fin.

Susan fue encontrada amarrada a un árbol en los manglares de un área conocida como Burnt Bridges en 1974. Al encontrar el cadáver de Poole, las autoridades tomaron muestras de ADN y las introdujeron en la base de datos nacional para personas no identificadas.

Sin embargo, no fue hasta finales del año pasado cuando expertos de la empresa Othram Lab realizaron pruebas genealógicas en los restos, unos análisis que dieron como resultado su identificación.

Posible víctima de un asesino en serie

La Policía también quiere hablar con tres personas que vivían cerca de la víctima, cuya familia denunció su desaparición en la Navidad de 1972 en la cercana ciudad de Fort Lauderdale.

En el momento de su desaparición, Susan vivía con sus padres y varios hermanos en una vivienda de la que había huido previamente, aunque se desconoce si también fue así en este caso o si su asesino la secuestró.

La Policía espera que los nuevos testimonios puedan arrojar alguna nueva pista sobre este crimen, aunque ya tienen una teoría sobre lo ocurrido: la investigación apunta a que Poole pudo ser víctima de un asesino en serie, un exagente llamado Gerard Schaefer, que ya falleció y que se cree que mató a una veintena de niñas y jóvenes.