Es el segundo año consecutivo de una huelga feminista en España. 24 horas para hacer visible que si las mujeres paran, el mundo se detiene. Acabar con la brecha salarial, el fin de la violencia machista, la ruptura de los techos de cristal, la lucha por la igualdad o la dignidad del trabajo doméstico son algunas de las reivindicaciones del 8M.

La convocatoria llama a una huelga con protagonismo de las mujeres. Este viernes, 8 de marzo, muchas de ellas no se sientan en sus puestos de trabajo. Los espacios morados en nuestra portada son una muestra simbólica de lo que implica un paro femenino como éste. Su ausencia también merece un sitio en portada porque sin ellas, sin las mujeres, el resultado del trabajo de todos no es el mismo.

La Comisión 8 de marzo llama a una huelga feminista laboral, pero también de cuidados, de consumo, estudiantil y asociativa. Proponen una huelga multidimensional que haga visible el trabajo de las mujeres en el ámbito doméstico y que sean los hombres quienes asuman esas labores para evidenciar hasta qué punto es vital la labor de la mujer en el sostenimiento de los hogares.

El 8M no pasa sólo por los paros femeninos en sus puestos remunerados; también por parar en casa. Por visibilizar la carga de trabajo de las mujeres en la esfera familiar. Dentro y fuera de casa.