Hubo una época en la que se podía cruzar el parque del retiro en coche, una imagen de 1929 que
contrasta con la del 2018 y que demuestra que los tiempos cambian. Aunque los
cambios no siempre son bienvenidos.
La última transformación de la capital es Madrid Central: cierra
al tráfico un área de 472 hectáreas donde solo pueden circular residentes y el
transporte público. Hay antecedentes, otras zonas de acceso restringido en Madrid
que los vecinos llevan tiempo viendo con buenos ojos.
No es cuestión de un color político, desde carmena hasta el PP
de Alberto Ruiz-Gallardón, que ya en 2007 vetó los vehículos de la Casa de Campo
o el soterramiento de la M30, una obra faraónica que provocó muchas quejas
hasta que las excavadoras dieron paso a las bicicletas.
Otro ejemplo de ciudad sin coches es Pontevedra: las
emisiones de CO2 se han reducido un 70%, un modelo que ha recibido premios en
medio mundo pero cuando se propuso generó protestas en toda la ciudad.