La localidad de Vilafranca del Penedès guarda silencio por la muerte de Pau. El joven de 34 años cuyo cuerpo fue localizado en el interior de su vehículo en Sant Just Desvern, horas después del atentado en Las Ramblas. Sus antiguos compañeros del Club de fútbol de Vilafranca quisieron hacerle un homenaje. Una dura pérdida que aún sigue llena de incógnitas.
"Alguien lo mató, fueran los terroristas o no, condenamos enérgicamente esta muerte", ha declarado Anna Pobles, concejal del Ayuntamiento de la localidad. Aunque Pau fue una de las personas fallecidas el 17 de agosto, su nombre no aparece en la lista oficial de víctimas.
La razón es que aún no está confirmada su relación con el atentado. Hasta ahora lo único que se sabe es que su coche, un Ford Focus blanco, se saltó un control de los mossos, hiriendo a un agente. Horas después el vehículo apareció en Sant Just Desvern, a tres kilómetros, con el cuerpo sin vida de Pau en el asiento trasero. La causa de la muerte: herida de arma blanca. Todavía se sigue investigando quien lo mató.
"De momento estamos tratando el incidente de Sant Just de forma separada, pero no descartamos que pueda haber relación", escriben los Mossos d'Esquadra en su perfil de Twitter.
Se barajan varias hipótesis. "Ese conductor que habría abandonado el coche en el que había un ciudadano herido de arma blanca, sería la misma persona que viajaba en el audi de Cambrils", ha explicado Carlos Quílez, periodista del 'Crónica Global'.
Pau era ingeniero y trabajaba desde hace años en la la fábrica de Seat en Martorell. Sin embargo, todos lo conocían en Vilafranca por su carácter altruista. Muy vinculado al mundo de la cooperación. Con el alma rota, todos los vecinos de este pueblo catalán esperan saber qué pasó, quién acabó con la vida de Pau Pérez.
Una casa para Pepica
Pepica, con 89 años, perdió su hogar en la DANA: su familia lanza campaña en redes para reconstruir su casa
Su historia El 29 de octubre de 2024, la riada arrasó con la casa de Pepica. Su hijo la salvó abriendo una salida improvisada. Ahora, su familia impulsa un crowdfunding para reconstruir su hogar y recuperar lo perdido.