Tyquine Lee, condenado por un robo a mano armada, ha colapsado física y mentalmente tras pasar más de 600 días en régimen de aislamiento en la prisión Red Onion, en Virginia, Estados Unidos, según alega la denuncia que ha interpuesto ahora su madre.

El hombre, de 26 años, ha perdido alrededor de 14 kilogramos, la capacidad de hablar y no puede, si quiera, recordar su nombre. Lee, que tenía antecedentes de enfermedades mentales, ha pasado más de año y medio en una celda de acero de unos 7,5 metros cuadrados, donde se ha estado encerrado entre 22 y 24 horas al día.

Llegó a la prisión Red Onion en septiembre de 2015, tras permanecer en otros dos centros penitenciarios. El 26 de mayo de 2016, un agente interceptó un correo electrónico en el que Lee presuntamente amenazaba a un oficial de otra cárcel y, un día después, fue puesto en régimen de aislamiento, en el que permaneció hasta enero de 2018.

Se trata de una medida aplicada en casos en los que se considera que el preso es una amenaza peligrosa para sí mismo, sus compañeros de prisión o los agentes de la misma. El recluso es sometido a un aislamiento total, sin contacto humano, en una diminuta celda de la que solamente sale para ducharse, en teoría tres veces por semana, y para la hora de "ocio", en cinco ocasiones a la semana.

Esta hora de ocio tiene lugar en una "jaula" un poco más grande, del tamaño de una plaza de aparcamiento, en exteriores. El preso es controlado por dos agentes que hacen un registro de las cavidades corporales antes y después, el único contacto humano que recibe junto al zarandeo de los oficiales.

Durante los dos primeros meses, Lee, que había sido diagnosticado a los cinco años TDAH, fue mostrando diversos síntomas psicóticos. Comenzó hablando a través de números y un idioma inventado. El 22 de julio de 2016, el hombre firmó un acta con un hilo de letras sin sentido.

La salud mental y física del preso fue deteriorándose progresivamente, llevándolo al colapso. La madre de Lee, Takeisha Brown, ha denunciado el maltrato que recibió su hijo. En los 20 meses jamás recibió ningún tipo de tratamiento en relación a su salud mental y su psicosis fue ignorada repetidamente.

De hecho, la denuncia ha expuesto cómo presuntamente los oficiales de la prisión de Red Onion respondían al comportamiento de Lee con "vocabulario amenazante" y "sometiéndole con agentes químicos", llegando a gasearle en 25 ocasiones. Cuando volvió a emplear palabras y números aleatorios como firma, el agente encargado de su custodia simplemente escribió: "Se ha negado a firmar".

Además, saltándose las normas establecidas para el régimen de aislamiento, el hombre casi nunca salía de su celda, llegando a darse periodos en los que los agente le llevaban a ducharse solo una vez al mes, y se le permitía una única hora de "ocio" cada dos o tres semanas.

Asimismo, los escasos chequeos médicos que recibió durante este tiempo se llevaron todos a cabo a través de la ranura en la puerta de la celda y su alimentación era extremadamente precaria, negándosele en múltiples ocasiones.

Condiciones inhumanas que han podido darse, según la denunciante, tanto por la naturaleza de esta práctica como por el hecho de que "está en las manos" de los agentes de las cárceles decidir qué "oportunidades de salir de su celda" tienen los reclusos.

En enero de 2018, Tyquine Lee terminó el régimen de aislamiento al ser enviado a otro centro penitenciario. Para cuando fue evaluado por un psiquiatra en febrero, había perdido la capacidad de hablar, y solamente emitía sonidos sin sentido y nombraba números.

Su aspecto físico se encontraba gravemente deteriorado: había perdido mucho peso, sus dientes estaban casi destruidos y desprendía un terrible hedor. Asimismo, el hombre era incapaz de reconocer a su madre y su entorno, recordar sus datos personales o entender su situación.

Lee fue entonces diagnosticado esquizofrenia y trastorno de la personalidad no especificado por el médico que lo atendió, quien señaló los "pensamientos extraños y alucinaciones" de este.

El régimen de aislamiento ha sido en múltiples ocasiones criticado, incluso, por la ONU, que considera esta práctica un tipo de "tortura". Muchas asociaciones estadounidenses defensoras de los derechos humanos han pedido que se prohíba esta medida, ya que ha demostrado causar terribles problemas mentales y carece de evidencia que demuestre que ha servido para disminuir la violencia en las prisiones.

En 2016, se publicó el documental 'Solitary', que mostraba cómo era el día a día de los presos en régimen de aislamiento de la prisión de Red Onion con el fin de denunciar esta práctica y crear conciencia de los derechos de estos reclusos.