Durante una operación sobre un supuesto fraude en una funeraria, la Policía descubrió en 2002 los cuerpos de un matrimonio congelados en una antigua pescadería de Edimburgo.

Cuando el caso salió a la luz, Melvyn Marcel, el hijo de los fallecidos, comenzó una batalla legal para que le permitieran mantener los cadáveres congelados en su propia casa, según publica la BBC.

Una imagen del hijo de la pareja momificada

Desde entonces, los cuerpos han sido almacenados en la morgue del Ayuntamiento de Edimburgo y finalmente tendrán que ser enterrados o incinerados. Esta decisión, tomada por un juez, fue recurrida por Melvyn, pero ya no hay vuelta atrás.

Según ha explicado el hombre, él quería construir un mausoleo privado en una parcela de su propiedad y hasta que llegara este momento, su intención era mantener congelados los cadáveres en su domicilio.