El demandante, Curtis Brooner, de 50 años, se querelló por lo civil en la corte de circuito del condado de Multnomah (Oregón) después de que, según él, la cadena estadounidense rompiese unilateralmente la promesa que le había hecho el responsable del local donde quedó atrapado.
Los hechos ocurrieron el 15 de diciembre, cuando Brooner quedó atrapado durante más de una hora en los baños del restaurante hasta que un cerrajero acudió en su ayuda. "Es el típico lugar en el que tienes que contener la respiración: entras y sales tan rápido como puedes. Pero esa es una opción que yo no tuve", explicó el demandante al diario local 'The Oregonian', al que aseguró que una vez pudo salir del baño, todo él "olía a orín".
Fue entonces el mismo responsable del local quien le ofreció como compensación "comidas gratis de por vida", una proposición que Brooner aceptó y, a partir de ese momento, acudió a comer al restaurante cada día durante las siguientes 13 jornadas, en algunas ocasiones incluso dos veces por día.
Pero pasado el decimotercer día, los empleados del local le comunicaron que un jefe de distrito de Burger King les había ordenado que pusiesen fin al trato. Lo que Brooner pide ahora a la Justicia es o bien que la cadena de restaurantes cumpla la promesa original que le hizo el responsable del local y pueda comer gratis siempre que quiera o que por lo menos le suministren una comida gratis por semana durante lo que le queda de vida.
Su abogado, Michael Fuller, estima que si Brooner vive otros 22 años hasta cumplir los 72 (una estimación que según el letrado tiene en cuenta los hábitos alimenticios del demandante), Burger King se gastaría aproximadamente unos 9.000 dólares sirviéndole una hamburguesa Whopper gratis cada semana.
"Puede que haya elementos graciosos en este caso, pero no hay nada gracioso en estar atrapado en un baño frío y húmedo durante una hora. Es una cuestión de honor. Podrían haberme dicho 'la siguiente comida es gratis' y ahí se hubiese acabado todo. Pero no fue esa la oferta que me hicieron", concluyó el demandante.
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