Soraya había denunciado a su expareja por amenazarla con una pistola y se le interpuso una orden de alejamiento, pero fue insuficiente porque el agresor la ha asesinado. Su expareja recorrió más de 400 kilómetros, hasta Zaragoza, para matarla de un disparo y luego suicidarse.

La Presidenta del Observatorio contra la violencia machista ha reconocido que se falló porque una mujer bajo la protección de Estado no puede morir asesinada.

Una orden de alejamiento de medio kilómetro que fue insuficiente porque no sirvió para evitar la muerte de Soraya presuntamente asesinada dentro de un bar por su expareja que después se habría suicidado.

Se consideró un nivel de riesgo mínimo porque el hombre vivía en Medina del Campo a 476 kilómetros de Zaragoza. "Hoy por hoy, que la persona viva lejos no significa que el riesgo sea menor", afirma Margarita Deya, coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza.

El pasado cinco de febrero la joven lo denunció porque se lo encontró dentro de su casa, el hombre fue detenido y puesto en libertad con el requerimiento de no acercarse a la víctima.

Según el entorno de la mujer, el hombre ya le habría amenazado con un arma anteriormente y desde el Ayuntamiento reconocen que ha habido un error. "Ha fallado el análisis de riesgos", afirma Arantza García, concejala de igualdad de Zaragoza.

En 2015 se han solicitado más de 27.400 órdenes de alejamiento y 10.500 se denegaron. La presidenta del observatorio contra la violencia de género es rotunda, ya que asegura que no se puede permitir que una mujer que denuncia muera asesinada.