A pesar de que su verdadera casa se encontraba a 18 kilómetros de distancia, un hombre borracho entró en un domicilio que no era el suyo y se durmió en una de las camas.

Cuando la dueña de la casa volvió y vio lo que había ocurrido, apenas pudo creer lo que tenía delante. Sin embargo, la mujer conservó la calma, se dio media vuelta y fue directa a avisar a la Policía sobre lo que había ocurrido.

Después de alertar a los agentes, una patrulla acompañó a la mujer hasta su domicilio y allí seguía el varón durmiendo tendido sobre la cama.

Cuando lo despertaron, pudieron comprobar que el hombre se encontraba claramente bajo los efectos del alcohol. Al parecer, todo habría sido fruto de una tremenda confusión después de que el individuo pensara que estaba en su casa, ya que hasta se quitó los zapatos antes de echarse a dormir.

Los hechos han ocurrido en Canadá y, según informa el medio CTV News, la mujer no ha presentado ninguna denuncia al respecto, aunque el hombre sí tendrá que pagar una multa.