La mujer, Rokhaya D., ha sido atacada con un arma blanca en su domicilio y en presencia de sus dos hijos presuntamente por el padre de los mismos y expareja sentimental, también de origen senegalés y vecino de la localidad oscense de Binéfar, según las citadas fuentes.

Esta última víctima eleva a 45 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de 2018, un año en el que 37 menores han quedado huérfanos, y su muerte coincide con la conmemoración, 25 de noviembre, del Día Internacional contra la Violencia sobre la Mujer, contra la que miles de personas han clamado en varias ciudades españolas.

El Ayuntamiento de Monzón, donde se ha producido este último crimen machista, ha decretado tres días de luto y ha convocado una concentración de repulsa a las 19.00 horas en la plaza Mayor. Por su parte, el Gobierno de Aragón ha condenado en un comunicado el asesinato.

La directora del Instituto Aragonés de la Mujer, Natalia Salvo, ha expresado su repulsa a este asesinato y a la violencia contra las mujeres que ha calificado como "el problema más grave" que tiene la sociedad en estos momentos. La violencia de género "nos lastra como sociedad y lastra la democracia, que no puede ser plena mientras la mitad de ella viva insegura y en riesgo solamente por el hecho de ser mujer", ha concluido.