En la ciudad italiana de Turín, un hombre ha apuñalado hasta la muerte a otro que paseaba por la calle porque, tal y como confesó a los agentes, parecía "demasiado feliz", según 'ANSA'.

El asesino Said Machaouat quería matar a alguien y encontró en Stefano Leo a su víctima perfecta. "Elegí matar a ese joven porque se veía feliz. Y no podía soportar su felicidad", ha explicado a los fiscales.

Pese a que añadió que "quería quitarle todas las promesas que tenía, los hijos; arrebatárselo a sus amigos y a sus parientes", el joven de 27 años intentó justificarse alegando que estaba muy deprimido tras separarse de su mujer: "Lo peor fue saber que mi hijo de cuatro años estaba llamando a un amigo de mi ex 'papá'".

Los hechos ocurrieron el pasado 23 de febrero, cuando Machaouat se topó con Stefano por la calle y le quitó la vida sin pensarlo.

La Policía italiana encontró el cuerpo sin vida de Stefano a la orilla del río Po. Las pistas llevaron a Machaouat, que tras ser detenido mostró a los investigadores dónde estaba el cuchillo de cocina que habría usado como arma homicida.

Pese a que el asesino confeso ha admitido los hechos, la investigación sigue abierta por si pudieran encontrarse otras motivaciones del crimen.