El acusado, Ramón P.M., se expone a una condena de 15 años de prisión, según reclama la Fiscalía en su escrito de acusación en el que además pide que el procesado indemnice a la representante legal de la menor con 80.000 euros ante las secuelas de la víctima. Así mismo, pide que se le prohíba acercarse y comunicarse con la menor por un periodo de 10 año, una vez cumplida la pena. Conforme al informe del Ministerio Público, los abusos comenzaron a producirse a principios del mes de marzo de 2013 cuando la menor se encontraba a solas con el procesado, ya que su madre estaba trabajando.

La primera vez el acusado le hizo tocamientos en el pecho cuando la niña se fue a dormir y al día siguiente le pidió disculpas y le dijo que no se lo dijera a su madre. A los pocos días, cuando la menor se encontraba de nuevo a solas con él en su domicilio, tras la cena, el acusado se sentó en el sofá junto a ella y comenzó a hacerle tocamientos. El procesado al mismo tiempo le decía: "Esto no es malo, te tiene que dar gusto, esto cuando trabajo de noche con el taxi lo hago muchas veces a chicas de tu edad".

Según el escrito de la Fiscalía, el acusado volvió de nuevo al día siguiente a tocar a la menor después de cenar y esta se encerró en su habitación. En el mes de abril, la menor y su madre ya no convivían con el acusado pero una noche se tuvo que quedar en su casa porque su progenitora trabajaba, lo que aprovechó el acusado para abusar de ella y penetrarla vaginalmente.