Noa, de tan solo 14 meses, al fin está en casa después de 15 días en la UCI pediátrica del Hospital Vall d'Hebron luchando contra el coronavirus. Sus padres llegaron a temer lo peor, pues la pequeña padece una enfermedad pulmonar que se agravó tras contagiarse.
Y es que lo que empezó como una leve tos acabó siendo COVID-19, que sumado a su enfermedad pulmonar la dejaba ingresada en la UCI. "Fueron momentos muy duros, estás a kilómetros de ella, no puedes verla", recuerda su madre, Gina, que también se contagió y no podía estar junto a su bebé.
Una circunstancia que además les obligaba a ella y a su marido a estar separados entre sí en aquellos momentos tan complicados. "Andábamos por casa casi como zombies. Hasta que mi marido dijo 'Esto no puede ser, necesitamos abrazarnos'. Fue muy necesario", relata la madre de Noa.
Pese a la angustia y la inmensa preocupación de sus progenitores, la pequeña fue remontando y su evolución fue "buena y rápida a pesar de su gravedad", según explica Pere Soler, jefe de la unidad infecciosa de Pediatría del Hospital Vall d'Hebron.
Intubada y medicada con antibióticos, el de Noa ha sido uno de los casos graves de pediatría en la UCI, que no obstante "no se han comportado a nivel de complejidad como el paciente adulto" sino que "han sido más fáciles de manejar", según explica el doctor.
El día 2 de abril, al fin tuvo lugar el esperado reencuentro entre Noa y sus papás, un momento agridulce por el estado en el que se encontraba la bebé. "Cuando entramos fue un shock verla tumbada, totalmente inmóvil", recuerda su madre, que admite que el impacto fue tal que apenas reconocía a su hija.
Pero Noa al fin está curada y vuelve a sentir, a vivir y a disfrutar junto a su familia. Una niña que ha vuelto a comer -eso sí, como quiere y cuando quiere, como antes-, a jugar y a 'leer', a su manera. Al fin Noa está en casa, junto a sus familia, tras haber ganado con tan solo unos meses de existencia la batalla de su vida.
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