La mascota de Karl Lagerfeld, una gatita blanca de raza birmana llamada Choupette, heredará parte de los más de 125 millones de dólares que tenía el diseñador como patrimonio.

Así lo confirmó hace 11 meses el káiser de la moda en una entrevista "Choupette es la heredera de mi fortuna, sí. Junto a otros. No se preocupen, hay dinero para todos". Según el periódico francés 'Le Figaro', esto podría ser realidad si el modisto hubiera nombrado al animal heredero a través de una asociación o fundación.

No obstante, a la gata nunca le ha faltado el dinero, ya que solo en 2015 llegó a facturar algo más de tres millones de dólares (unos 2,5 millones de euros) por ser imagen de una marca de coches en un calendario y colaborar con una línea de cosméticos.

Además, el felino vivía con todo tipo de lujos y disfrutaba de las excentricidades de su amo. En la cuenta de Instagram que Lagerfeld creó para ella y que acumula 183.000 seguidores (@choupettesdiary) aparece viajando en avión privado, en sets de rodaje o campañas de revistas.

Sin embargo, la 'niña mimada' del diseñador, que nunca tuvo hijos, no siempre fue de éste. Inicialmente, Choupette era la gata del modelo francés Baptiste Giabiconi. En 200,8 el modelo le pidió si podía cuidarla durante unas vacaciones y fue ahí cuando se enamoró de ella.

"Fue amor a primera vista. Baptiste se iba de vacaciones y me preguntó si podía dejarla con el personal de mi casa mientras él estaba fuera. Ella aún era una bebe en ese momento, y la encontraba tan linda que cuando Baptiste regresó le dije: ¡Lo siento pero es mía!", declaró en una entrevista para la revista 'Numéro Homme'. Acabó quedándosela, tratándola como si fuera su hija y la convirtió en la gata más famosa del mundo.

Tras la muerte del diseñador no se sabe a cargo de quién se quedará la felina pero sí que se reembolsará millones de euros.