Los productores de hielo temen no llegar a cubrir la demanda de este verano. Las altas temperaturas, unidas a las ganas de fiesta tras la pandemia, han disparado la demanda. De hecho, la solicitud masiva de este producto, que suele darse en agosto, se ha adelantado este año a finales del mes de abril, asegura José Manuel Aparicio, dueño de Hielo La Estrella.

Sin hielo no habría pescado. Pero tampoco se podrían poner en marcha otros establecimiento. Los productores de hielo ya advierten que es cuestión de semanas que esta escasez se note en el mercado. En la fábrica de Aparicio trabajan 24 horas al día en tres turnos y con las maquinas a pleno rendimiento pero, aun así, la cámara está vacía porque todo el producto va saliendo sobre la marcha.

No dan a basto. Lo que han podido almacenar durante el invierno se ha agotado antes de lo previsto por la llegada temprana del calor. Además, los altos precios de la luz y el plástico ha dificultado la producción durante el año, que ha acabado repercutiendo en el coste final. Aparicio asegura que han tenido que subir los precios pero, no por la alta demanda, sino por el aumento en el precio del plástico en un 100% y de la luz en un 300%.