La muerte del bombero vallisoletano Pablo Cano, que viajó voluntariamente a Lesbos para ayudar a los miles de refugiados, en su mayor parte sirios, que llegan a su costas huyendo del conflicto armado, ha desolado a quienes le conocieron a él y su labor con las personas más vulnerables.

El joven, de 34 años y padre de una niña, formaba parte del equipo de cuatro bomberos de la ONG G-fire Bomberos que se desplazó a Lesbos en febrero de 2016 para atender a las personas que, desesperadas, emprendían una peligrosa travesía por mar para llegar a Europa a través de esta isla. Su labor, según informa 'El Norte de Castilla', consistía en vigilar la llegada de embarcaciones con refugiados para ayudarles a desembarcar en la playa de forma segura.

Allí permaneció desde el 29 de febrero al 18 de marzo de 2016, en plena crisis de los refugiados. A su regreso, el joven no olvidaba el drama que se vivía en la isla griega. "Hay muchísimo que hacer. La situación es dramática", denunciaba a 'El Norte de Castilla'.

El pasado sábado, Pablo fallecía tras luchar durante un año y medio contra una enfermedad, según recoge el citado diario. Muchos de sus amigos y compañeros de profesión han querido rendirle homenaje a través de las redes sociales. La ONG a la que pertenedía se despedía de su compañero a través de un emotivo mensaje en Facebook.

"Adiós Pablo, la vida puede ser injusta de muchas maneras, tú hiciste lo posible por que esa injusticia no fuera tan severa con aquellas personas que lo necesitaron, y ahora se metió en tu vida de la forma más terrible. Nunca te olvidaremos, tus compañeros siempre te recordarán con cariño y respeto, y serás un ejemplo a seguir. Descansa en paz y orgulloso de haber sido la gran persona que fuiste", escribió.

Su compañero Alfonso Mata, con el que viajó a Lesbos, también se despidió a través de una publicación en la que se refirió al bombero fallecido como "carismático, gran persona, un luchador".

Por su parte, la también voluntaria Laura Jansen, que coincidió con Pablo Cano durante su estancia en Lesbos, alabó labor del joven. "Sin Pablo y su equipo esos días hubieran sido un caos", escribió, y relató cómo Cano ayudó a Alí, un refugiado sirio que perdió a su mujer y a sus siete hijos en el mar. "Alí estaba desesperado y solo y Pablo hizo lo posible para asegurarse de que se cuidara de él. Yo no puede ayudar a Alí como hubiera querido, pero estos chicos le acogieron bajo su ala, le dieron fuerza y solidaridad en un lugar en el que hacía tanta falta".

"Pablo era una de esas buenas personas que apareció y corrió hacia el fuego, literal y figurado. Nunca se quejaba, nos animaba a todos los que estábamos a su alrededor y tocó las vidas de miles de personas durante el tiempo que estuvo en Lesbos", añadió.

Los Bomberos de Medina del Campo también han expresado sus condolencias. "Se nos ha ido unos de los nuestros. Nuestro más sentido pésame a la familia y a los amigos de Pablo Cano Riber. ¡Hasta siempre compañero!", escribieron.