El helado es un placer veraniego, pero en el caso de los helados salados no tenemos por qué esperar al postre. Helado de queso parmesano, de azafrán o de albahaca: estos son los sabores que muchos restaurantes incorporan en sus platos. Además de sabor, aportan frescor y cremosidad a la receta.

En el vídeo superior a estas líneas vemos que además de acompañamiento, hay quien los prefiere en cucurucho o tarrina. Los que más nos llaman la atención son el de aceite y la gran variedad de quesos. Por ejemplo, el de apio le aporta la frescura y la cremosidad al bonito del norte

Aunque son helados salados, para ser realidad necesitan azúcar y de varios tipos. Además, llevan calorías similares a los helados dulces, es decir que no son lo más apto para la operación bikini. No obstante, a nadie le amarga un salado como estos, que nos puede alegrar las vacaciones.