La fiesta de Halloween que se celebra el 31 de octubre es una fecha perfecta para que los más pequeños de la casa pongan a prueba sus habilidades manuales. Internet ofrece miles de posibilidades en este sentido: desde hacer los disfraces más terroríficos, las recetas más espectaculares para la cena del Día de los Muertos o las mejores ideas para maquillarte como un monstruo durante esta celebración.

Para comenzar con algo sencillo, los pequeños pueden empezar simplemente por colorear la infinidad de dibujos que se ofrecen gratuitamente en internet en blanco y negro. Así, los padres únicamente tienen que imprimir los esquemas para que sus hijos los coloreen a su gusto.

Pinterest es un lugar perfecto por el que comenzar a buscar. En el tablón de la usuaria Sandra Salmon Taboada tenemos casi un centenar de opciones entre dibujos completos, sin colorear e incluso recortables para crear muñecos de papel con miembros móviles.

Otra opción es la web Mundo Primaria, en la que se encuentran disponibles decenas de ilustraciones en blanco y negro. Únicamente hay que seleccionar el dibujo elegido y hacer click en la opción ‘Descargar’, para poder guardarlo en nuestro ordenador.

La página Colorear.net lo pone aún más sencillo, ya que podemos imprimir cualquiera de sus más de 100 dibujos haciendo click en el botón de la impresora que aparece sobre todos ellos. Eso llevará directamente a las opciones de impresión de la impresora conectada a nuestro dispositivo.

Para los que no quieran mancharse las manos con las pinturas, también existe la opción que ofrece Dibujos.net. En esta página hay un sencillo editor de imagen que permite colorear imágenes predeterminadas, y también imprimirlas directamente, guardarlas en la misma web, descargarlas en tu dispositivo o compartirlas en redes sociales.

Una fiesta para toda la familia

Halloween se ha convertido en una de las fiestas más celebradas alrededor del mundo. Tuvo su origen en el Samhain celta, una festividad pagana en la que se honraba a los muertos de las familias. Se creía que sus espíritus volvían al hogar durante la noche del 31 de octubre.

La costumbre viajó hasta EE.UU. y, aunque los primeros colonos prohibieron su celebración y tuvo que transformarse para identificarla con la época de la cosecha, se popularizó en el siglo XIX con la llegada de los inmigrantes irlandeses. En la actualidad es una fiesta que tiene como protagonistas a los niños, que se disfrazan de sus personajes fantásticos preferidos y piden caramelos de puerta en puerta, amenazando con asustar a sus dueños si no quedan satisfechos con lo que se les regala.