El sonar que busca a las niñas desaparecidas junto a su padre en Tenerife ha hallado hoy un cuerpo sin vida de una menor, según ha informado la Delegación del Gobierno en Canarias y ha corroborado la Guardia Civil. Todo parece indicar, ha podido confirmar Manuel Marlasca, que se trata del cadáver de Olivia, la hermana mayor.

El cuerpo fue hallado por el robot del buque de búsqueda Ángeles Alvariño a mediodía a unos 1.000 metros de profundidad a unas tres millas de la costa tinerfeña. Se encontraba en el interior de una bolsa de deportes amarrada a un ancla.

El hallazgo ya ha sido comunicado a la madre y a la familia de las menores. Los restos han sido trasladados al Instituto Anatómico y Forense en Santa Cruz de Tenerife, donde serán analizados para proceder a la identificación oficial de los mismos.

Los trabajos de rastreo de la Guardia Civil prosiguen en el lugar del suceso, a una milla náutica del puerto de Güimar, con el buque del Instituto Español de oceanográfica Ángeles Albariño.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado sus condolencias a la familia de la menor fallecida. "No puedo imaginar el dolor de la madre de las pequeñas Anna y Olivia, desaparecidas en Tenerife, ante la terrible noticia que acabamos de conocer. Mi abrazo, mi cariño y el de toda mi familia, que hoy se solidariza con Beatriz y sus seres queridos", ha expresado en Twitter.

10 días de búsqueda por mar

Las menores Anna y Olivia, de 1 y 6 años respectivamente, desaparecieron el pasado 27 de abril, cuando su padre, Tomás Gimeno, no las entregó a su madre tras pasar el fin de semana reglamentario junto a él. Esa misma noche, la madre de las niñas denunció al padre de las menores, con el que había roto su relación sentimental unos meses atrás.

El último rastro de Tomás Gimeno se registró mediante una cámara de seguridad del puerto de Güimar, que le grabó dentro de las horas restringidas por el toque de queda embarcando en una lancha de su propiedad. El padre de Anna y Olivia embarcó solo, sin la compañía de las niñas, y antes cargó desde su vehículo maletas y bolsos, para lo que tuvo que realizar tres viajes.

De regreso de su primera incursión en el mar, fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción por saltarse el toque de queda. Sin embargo, los agentes no hallaron nada sospechoso en la lancha de Tomás, puesto que a esas horas la madre aún no había denunciado la desaparición de sus hijas. Pasada la medianoche volvió a zarpar, y horas más tarde la embarcación fue localizada vacía, a la deriva y sin ancla frente al Puertito de Güímar. En las inmediaciones hallaron flotando en el agua una silla de retención infantil que usaba Anna.

La búsqueda se centró en las propiedades de Tomás Gimeno y, desde hace diez días, se incorporó la búsqueda en las profundidades marinas gracias a la incorporación de un sonar y un robot al caso. Precisamente hace dos días el sonar halló una botella de oxígeno y una funda nórdica a más de 1.000 metros de profundidady más tarde se determinó que pertenecía al padre de las menores.