Una mujer de 27 años está bajo sospecha de haber matado a cinco de sus seis hijos en Solingen, al oeste de Alemania, según informan varios medios locales. La Policía ha confirmado que en el piso de la familia se encontraron los cadáveres de los niños, que tenían edades entre uno y ocho años. Al parecer la madre fue arrollada por un tren de cercanías en la estación de ferrocarril central de Düsseldorf, a unos 35 kilómetros de la localidad donde fueron encontrados los cadáveres.

"Todavía no podemos decir nada sobre el motivo, la madre tiene que ser interrogada", dijo un portavoz de la Policía a medios locales. Los muertos son tres niñas de 18 meses, 2 años y 3 años y dos niños de 6 y 8 años.

Según informaciones del diario 'Bild', la abuela de los niños llamó a la Policía desde Mönchengladbach, ciudad cercana a Solingen, después de que la madre le confesara en WhatsApp haber perpetrado los crímenes, alegando que "no podía seguir". La mujer dijo que su hija había matado a cinco de sus niños, que estaba en alguna parte con otro y que tenía el propósito de suicidarse. La madre se habría desplazado tras los crímenes a la cercana ciudad de Dusseldorf, en cuya estación se arrojó a las vías del tren.

La mujer resultó herida de gravedad y se encuentra en un hospital bajo vigilancia policial mientras que otro hijo de la mujer, de 11 años y que fue hallado ileso en casa de su abuela, permanece bajo custodia de la abuela de forma temporal. La Policía alemana ha emitido una orden de arresto contra la mujer de 27 años acusada de asfixiar hasta la muerte a cinco de sus seis hijos. En una rueda de prensa Heribert Kaune-Gebhardt, portavoz de la Fiscalía, ha explicado que las autopsias han determinado que las cinco víctimas, de entre uno y ocho años, habían sido sedadas.

La Policía ha informado de que los niños son hijos de tres padres distintos, pero que estos no figuran en ningún caso como sospechosos en las investigaciones abiertas. Las autoridades han explicado que la madre llevaba un año separada de su último marido, padre de sus cuatro últimos hijos, pero las peleas en la vivienda eran constantes.