Según fuentes de los bomberos y policiales, el cuerpo sin vida estaba dentro de una vivienda del barrio ilicitano de Carrús, concretamente en una segunda altura de la calle Hermanos González Selva, y se localizó después de que la hija diera aviso tras cuatro meses sin saber nada de su madre.

Cuando llegaron los agentes, se percataron de un fuerte olor en el rellano y los vecinos señalaron que esa circunstancia se daba desde hacía un tiempo.

Los bomberos del parque comarcal de Bomberos de Elche accedieron al interior del domicilio mediante una escalera, y lo hicieron vestidos con trajes de riesgo biológico ante el intenso olor y la falta de datos de lo que pudieran encontrar dentro.