Agentes de la Policía Nacional han hallado el cadáver momificado de un anciano de 70 años fallecido hace un año y medio en su vivienda de la localidad madrileña de Vallecas, según publica El Mundo.

El hombre, que era ingeniero de caminos, no estaba casado ni tenía hijos. Además, no se relacionaba ni con su familia ni con sus vecinos, que no habían sospechado que pudiera haber muerto al pensar que se había ido a vivir a una casa que tiene en la sierra.

El descubrimiento se hizo cuando un grupo de okupas intentó hacerse con el piso y los vecinos decidieran llamar a la Policía para saber qué pasaba. Fue entonces cuando los agentes se pusieron en contacto con la prima del fallecido, que confirmó que no se encontraba en su casa de la sierra.

Cuando entraron en su casa, encontraron el domicilio lleno de basura, ya que, además de una enfermedad mental, el hombre sufría el síndrome de Diógenes.

El cuerpo del hombre fue encontrado momificado y sentado en una silla, pero el ambiente de la casa tras su muerte había propiciado que el cuerpo no entrase en el proceso de putrefacción, según explica El Mundo.

Dos semanas antes, la Policía Nacional había hallado el cadáver momificado de otra anciana de la que nadie sabía nada desde hace cinco años y que habría fallecido por causas naturales a principios de 2014.

La fallecida, Amanda Jospe, de 83 años, vivía en el barrio de la Guindalera del distrito madrileño de Salamanca y nadie la echó de menos durante todo este tiempo hasta que una sobrina, que vive en Israel, avisó a los agentes de que llevaba mucho sin saber de ella.