Miriam es una superviviente de una agresión machista por parte de un hombre, su pareja, que pretendía acabar con su vida. La drogó, la degolló y la apuñaló hasta que pensó que ella había fallecido. Por fortuna, a Miriam le quedaron fuerzas para arrastrarse para pedir ayuda en la calle. Pero su historia tiene que ser contada y denunciada para que nunca más ocurra.

Tal y como ha relatado a 'Espejo Público', ya recuperada, aquel día el hombre le dijo que dejaría la casa, pero que sería después de matarla. La primera puñalada se la asestó cerca de la aorta. Ella se intentó defender e incluso dialogar con él durante cuatro horas, luchando al mismo tiempo por su vida. También intentó ponerse a salvo y escapar, pero él siguió dándole puñaladas hasta hacerle un corte en el cuello.

En todo momento, Miriam tuvo en la cabeza a su hijo de 12 años que se encontraba en el colegio. Su agresor, que intentaba asesinarla, le había dicho que si al llegar el pequeño ella no estaba muerta, también tendría que matarlo a él. "Poder salvar a mi hijo dejándome matar, era lo único que podía hacer. Cuando vi que daban las 14:00 horas, sabiendo que mi hijo llegaba a las 14:20 horas le dije: 'Mátame ya para que te puedas ir'. Y ahí fue cuando me degolló", ha relatado al citado medio. También le hizo ingerir casi una veintena de diazepanes.

Ahí fue cuando Miriam, ya casi sin fuerzas, cerró los ojos y se hizo la muerta. Consiguió así que el hombre que intentaba asesinarla se fuese, no sin antes enrollarla en una manta y robarle todo lo que tenía: el coche, el móvil, las tarjetas de crédito...

Al abrir los ojos se sorprendió al ver que su mano se seguía moviendo. Se arrastró hasta la calle para pedir ayuda agarrándose, cuenta, los intestinos.

Esto ocurrió el 11 de marzo, poco antes de que se declarase el estado de alarma por la pandemia. Permaneció en coma en el hospital durante cuatro semanas hasta que se despertó sin entender absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo. Ha contado que tampoco podía ver a su familia por las restricciones por el coronavirus.

El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia machista. Está disponible 24 horas al día los 365 días al año. La llamada es gratuita y no deja huella en la factura, aunque hay que eliminarlo de las últimas llamadas.