En cuestión de minutos, las redes sociales se hicieron eco de la elevada factura de 50.000 euros que ocho empresarios pagaron en un restaurante asturiano de Madrid.
En la cuenta se puede apreciar los numerosos y excesivos gastos. Botellas de champán de 15.000 euros, dos kilos de angulas de Neón, cuatro kilos de cigalas y otros cuatro kilos de percebes. Pero no les basta con esto.
La cena se alargó hasta las siete de la mañana mientras jugaban también al póker. Les dio tiempo de seguir pidiendo comida: tres kilos de solomillo de buey, una lubina por cada comensal y un soufflé especial de 120 euros.
Un equipo de Espejo Público ha hablado con Raquel, cocinera de Casa Parrondo, que confirma la veracidad de la cuenta e insiste en mantener en el anonimato a los comensales: "Cenó gente, no hay que decir nombres".
Raquel añade que "cada uno gasta el dinero en lo que quiere y que no tienen por qué dar explicaciones".
Mientras, en las redes sociales continúa la polémica y no cesan los comentarios que consideran más que excesivo el gasto.