Los pasajeros a bordo del avión que volaba de Izmir a Estambul, golpeada por fuertes vientos, creyeron que iban a morir después de que el aparato se saliera de la pista, según han relatado algunos de los supervivientes del Boeing 737, todavía con el susto en el cuerpo.

En el momento del aterrizaje, este derrapó por la pista hasta llegar al borde del precipicio. Según ha explicado Rumeysa Dermitas, una de las supervivientes del vuelo, el avión chocó primero contra un muro, momento en el que se quedaron basculando sobre los escombros.

"Pasamos unos segundos así y luego nos despeñamos desde más de 30 metros de altura", ha apuntado el marido de Rumeysa, Seref Dermitas.

En en ese momento, con el avión partiéndose en tres, todo eran gritos, terror. "Ahí empezó el verdadero pánico y yo sólo pensaba en mis hijos", ha afirmado Rumeysa.

No obstante, el miedo cundió cuando la parte central se incendió. "Con la explosión, vi cómo el avión se abría en canal. La gente chillaba: '¡El avión va a explotar entero! ¡Corred! ¡Alejáos!'" ha relatado la mujer.

Ante la dramática situación, todo el mundo quería escapar como fuera y por donde fuese. "Pasaban por encima. A mi marido, ciego, le pisotearon hasta que un hombre nos ayudó", ha indicado Rumeysa.

De hecho, muchos no esperaron a las asistencias, huyeron incluso saliendo entre las grietas del fuselaje y encaramándose a las alas del 737. Finalmente, el aparato no voló por los aires.

Para este matrimonio malherido, que solo hayan muerto tres personas en este aterrador accidente, es un milagro.