Sus deseos sexuales no tenían fin y, según explica una de sus víctimas, "quería caras nuevas de jóvenes cada día". Todas ellas eran menores y de hogares desfavorecidos y les pagaba para que realizaran masajes, pero no se quedaba sólo ahí.

"Se masturbaba mientras nos miraba, nos tocaba", explica una joven. "Nos entrenaban para hacer una felación, estar calladas y ser serviles", añade otra de las víctimas.

Se estima que Jeffrey Epstein sometió, al menos, a 80 mujeres, también en su avión, el denominado Lolita Exprés, donde cuentan que viajaba con algunos de sus poderosos amigos. "Él conoce gente que conoce gente, que conoce gente", explica una chica. Desde Bill Clinton a Donald Trump o el príncipe Andrés engrosan su lista de amistades, una poderosa red de contactos que explicaría su evasión de la justicia.

Un acuerdo en 2007 con, el entonces fiscal de Florida y hoy secretario de Trabajo de Trump, evitó una cadena perpetua. La pena se quedó en sólo 13 meses de cárcel.

Este martes un nuevo pacto judicial a última hora impidió que las víctimas declarasen por primera vez, iban a hacerlo por el litigio entre Epstein y el abogado al que acusó de inflar el caso.

"Mis clientas han sido empujadas al silencio, están muertas de miedo", señala el letrado de las jóvenes. Las víctimas seguirán luchando para lograr una justicia dicen libre de corrupción.