Hoy ha sido el turno de cuatro amigos de los acusados de Samuel, que estaban presentes esa noche durante la paliza mortal a Samuel. Algunos han contado que Diego inició la agresión y estaba alterado. Otro ha declarado que escuchó claramente las amenazas e insultos homófobos a la víctima.
El juicio por la muerte de Samuel Luiz ha proseguido este lunes con la cuarta sesión, en la que testigos han admitido que "nadie lo paró" y, en línea con lo expuesto por dos de los cinco acusados que ya han declarado, han situado a dos procesados como implicados en la agresión, sin descartar la posible intervención de otro.
Se trata de Diego M.M., el que, según las declaraciones aportadas hasta ahora, inició la agresión al pensar que la víctima lo estaba grabando cuando hacía una videollamada con una amiga. Tanto amigos del fallecido como otros de su propio entorno le han apuntado como la persona que le dijo "maricón de mierda" y también "te voy a matar", amenaza que, han expuesto, hizo al exigirle que dejara de grabar.
Junto a él, de nuevo en esta sesión se ha situado a otro de los acusados, Alejandro F.G. como la persona que agarró a Samuel por detrás, cogiéndole por el cuello. Todo ello en una intervención en la que hay contradicciones en cuanto al papel de la entonces novia de Diego M.M., Catherine S.B.
De ella, la amiga de Samuel que estaba ese día con él, dijo que la apartó y le impidió ayudarle, además de decirle "no pintas nada aquí", algo que también ha ratificado otro testigo que estaba con los acusados el día de los hechos en un local de ocio del paseo marítimo y en cuyo exterior empezó la primera agresión que se prolongó, apuntó otro testigo, según su estimación, entre "cinco y quince minutos".
Sin embargo, esta persona ha considerado que lo hizo para tratar de llegar a su novio y que en otro momento dijo "para, para", en línea con lo expuesto, a su vez, por la acusada en su declaración. Ella como Alejandro M.R. optó por declarar al inicio del juicio. En su testimonio, ambos culparon también a los otros dos acusados.
En cuanto a Alejandro M.R. ningún testigo lo ha ubicado hasta ahora en la agresión, aunque uno precisó que este le contó que "en el tumulto le empujó un negro", en referencia a los senegaleses que trataron de ayudar a Samuel y que ya han declarado.
Estos relataron que nunca habían visto unos hechos como los ocurridos en línea con lo manifestado también por amigos de los acusados, que más bien los calificaron como "conocidos", excepto uno que reconoció ser amigo de Alejandro F.G. desde que tenían once años y al que vio agarrando del cuello a Samuel.
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Con varios momentos en las que la magistrada les tuvo que decir a algunos de ellos que trataran de "usted" a las partes personadas, ante el tono coloquial en la que se dirigían los testigos a estos, la sesión ha transcurrido con un relato en el que "tumulto", "corrillo de gente", "barrullo" o "jaleo" han sido algunos de los términos utilizados para resumir lo ocurrido.
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