Han pasado catorce días desde la paliza, pero la piel de Lourdes sigue con las huellas de dos horas de ensañamiento, según han denunciado ella y su madre.

Las dos están casi parapetadas por el miedo y en su casa hay indignación por que el presunto agresor esté otra vez huido. "A él no lo culpo, culpo a la justicia. Porque estuvo en Córdoba, tuvieron la ocasión", denuncia Victoria Olivencia, la madre de la denunciante.

El acusado estaba citado hoy en un tribunal de Jerez, pero no se ha presentado. Anteayer lo detuvieron en Córdoba, pero le dejaron en libertad provisional con cargos.

Su ausencia vuelve a poner en marcha de nuevo el aparato policial y según la abogada de la acusación se ha "solicitado la orden de búsqueda y captura, detención y puesta a disposición judicial para la celebración de la comparecencia y su ingreso en prisión".

Mientras los buscan, el padre de fugitivo ha pedido perdón a sus víctimas en una carta en la que reniega de él: "Tengo mucha vergüenza de llamarlo mi hijo. Yo me he tenido que ir con mi familia de mi casa por miedo".

Se trata de un miedo que Victoria asegura no se va del cuerpo de su hija: "Lleva 14 días en mi habitación porque duerme conmigo desde entonces. Ella no tiene ganas de vivir".

"Él saltó por un patio que tiene tras ducharla con agua fría para que se le notara menos la inflamación. Le dijo que se pintara y ella le dijo que no se pintaba, que no tenía ganitas de pintarse. Ella traía restos de maquillaje porque él la había pintado", denuncia.

Ahora solo desean que ese hombre que la molió a golpes y luego se puso a intentar taparlo antes de huir se vea pronto frente a la justicia.