A pesar de que Diana Sánchez lleva más de una hora y media con contracciones, ante sus avisos, el personal de la prisión de Denver hace oídos sordos. "Ese dolor es indescriptible", ha asegurado la joven en Fox.

Desesperada, tras romper aguas, la joven vuelve a acercarse a la puerta de la celda para pedir ayuda, pero obtiene la misma respuesta. Entonces, coloca un empapador sobre la cama, se baja los pantalones y se tumba, se retuerce por el insoportable dolor.

"Yo me sentí desamparada"

Durante horas no ha recibido ningún tipo de anestesia, y aguanta así casi seis horas. Asustada y entre lágrimas, Diana da a luz sin ayuda. "Me sentí desamparada. Allí había mucha gente y nadie levantó un dedo para ayudarme", ha recordado.

Sólo cuando ven al bebé entra un sanitario a la celda. "Coge al bebé como si nunca hubiera visto uno en su vida. La falta de compasión es asombrosa", ha denunciado Mari Newman, abogada de Diana Sánchez.

La llevaron a urgencias media hora después

Horas y horas sin atención médica y no fue trasladada a un hospital hasta media hora después de dar a luz. "No es civilizado", añade Newman.

Crueldad en un parto que ocurrió en julio de 2018, cuando la joven fue detenida por un delito de usurpación de identidad. Ahora ha demandado al condado de Denver, EEUU, por no asistirla. Las autoridades se defienden diciendo que desde entonces han modificado los protocolos con reclusas embarazadas.