El joven que denunció una falsa agresión homófoba por parte de ocho encapuchados en el barrio de Malasaña reconoce ahora que sólo quiere que le "trague la tierra". Quiere volver con su familia y acusa a los medios de haberlo tergiversado todo. Es el relato en Al Rojo Vivo de Jaime Susanna, periodista de El Español que ha hablado hasta en dos ocasiones con el joven.

Relata que su primer encuentro se produjo por "pura casualidad" y que en este, el martes, el joven le sorprendió por su entereza. Explica que sabía "más o menos" dónde vivía el denunciante y que allí, preguntó a un hombre por la calle por si le conocía. "Soy yo", le respondió. Ese hombre era el afectado. Sin querer hablar más con los medios, negándose a hacer más declaraciones, se fue.

En un segundo encuentro, ya teniéndole plenamente identificado, le interceptó a la salida de su casa. Era miércoles y ya había trascendido que había cambiado su declaración ante la Policía, reconociendo que lo declarado era falso y que la agresión había sido consentida. El periodista destaca aquí que su estado de ánimo era muy diferente al mostrado el día anterior. "Estaba cabizbajo y realmente derrumbado" y consciente del impacto que ha tenido su caso.

El joven presentaba su denuncia el pasado domingo por la tarde y sólo dos días después, los investigadores lograban que su relato se quebrara y confesara que las heridas en labios y glúteos habían sido consentidasy fruto de una relación con dos hombres.

Así, explicó a los agentes que se la había ido de las manos y que él sólo quería, según ha podido saber laSexta, esconder a su pareja una infidelidad. "Yo solo quería que me curaran las heridas y que se mantuviera mi identidad en secreto", le habría dicho además a los investigadores al confesar, según desvela el diario ABC.

La Policía ha dado el trabajo por terminado, pero el caso está judicializado y el juez está a la espera de que Fiscalía o Policía presenten una denuncia contra el joven por simulación de delito. Si es así, se enfrentará a una multa de hasta un año.