En septiembre de 2021, Macarena salió con su hijo Antonio David, de 15 años, de su vivienda de Morón de la Frontera (Sevilla), en dirección Talavera de la Reina. Allí reservó una habitación de hotel, lugar donde los testigos aseguran que vieron por última vez al joven con vida.
Ella continuó su camino hasta Carabias (Segovia), sin embargo, debido a su estado de nerviosismo, paró en una estación de servicio y pidió que llamaran al 112, para poder ver a un psiquiatra. En ese momento fue cuando confesó que, en algún punto entre los 260 kilómetros que separan Talavera de la Reina y Carabias, había tirado el cuerpo sin vida de su hijo y su silla, a un contenedor.
De todas las versiones que dio la madre, esta es la que la policía dio por válida, aunque la familia del niño, tres años después, sigue sin creérsela. Antonio Barroso, padre de Antonio David: "Yo pienso que mi hijo no fue arrojado a un contenedor. Que ahí ha habido más personas".
La madre, con problemas de salud mental, aseguró a la Policía que ese contendor al que habría tirado el cuerpo estaba en una carretera de entrada a Madrid, junto a un edificio blanco, muy próximo a un centro comercial. La Policía buscó por Arroyomolinos, Móstoles, Alcorcón... y por varios vertederos sin éxito.
Tres años después su abuela aún confía en encontrar cualquier rastro: "Yo lo que quiero es que aparezca. Sea un zapato, sea lo que sea de él. Que demuestre que está vivo o que está muerto".
La madre del niño sigue en libertad y vive muy cerca de la familia, en Morón de la Frontera. Barroso asegura que "la veo pasar con el coche y... la veo". La familia sigue esperando el juicio, pide que se acelere el proceso y se haga justicia cuanto antes.