¿Cómo es posible que, cada vez que tenemos resaca, nuestro cuerpo pida los mismos alimentos? Sí, es normal querer comer una pizza, una hamburguesa o unos donuts, y eso es porque, mientras el hígado elimina el alcohol, no se produce glucosa.

Esto hace que disminuyan los índices de glucosa en sangre y que se quieran ingerir comidas ricas en grasa. Esa descompensación en los niveles de azúcar también lo sufre nuestro cerebro, que juega un papel clave en los antojos que tenemos en esas horas posteriores a la ingesta abundante de alcohol, tal y como han determinado investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU).

Sin embargo, los expertos aseguran que estos atracones no ayudan nada contra la resaca. Apunten: lo que deberíamos comer es brócoli, lechugas o alcachofas. La nutricionista Lucía Villalba explica en el vídeo que son las verduras amargas las que hacen que la actividad del hígado vuelva a funcionar.

Además hay que tener un detalle importante: no existe una 'fórmula mágica' que acabe con nuestra resaca. La rehidratación, como explica en el vídeo el catedrático Gonzalo Herradón, juega un papel clave, pero ojo, porque hay que esperar. "Hay que esperar que esa inflamación sostenida en distintos órganos baje", asegura.