Fue este miércoles, a mediodía. Un grupo mató a cuchilladas a un chico de 18 años. Pertenecía a una banda. Cayó muerto frente a un supermercado. Así lo confirma una mujer que fue testigo de los hechos: "No se le podía despegar la camiseta. No se podía despegar su cuerpo de la sangre que tenía. Yo vi las dos puñaladas que tenía".

También otro vecino: "Vi a una persona tirada en el suelo. Ensangrentado todo". Cuatro muertos en los cuatro meses que llevamos de año, todas ellas en Madrid y por peleas entre bandas.

La primera fue el 1 de enero en Villaverde. La víctima tenía 19 año y recibió cinco cuchilladas tras ser atacado por 10 personas. Un mes después, el segundo asesinato fue el de un menor de 15 años en la calle Atocha, en el centro de la capital. El muerto llevaba un machete de 60 centímetros.

Ese mismo fin de semana hubo un tercer muerto, esta vez en Usera. Un joven de 25 años recibió cortes en cuello, costado y espalda cuando 15 atacantes fueron a por él. Fue en ese momento en el que la policía recibe el mensaje de que hay una guerra entre bandas y pone en marcha un operativo especial en el que incautan armas, los machetes con que los testigos dicen que suelen atacarse entre ellos. También detienen a varios sospechosos de los crímenes e incrementan la presencia de agentes en la calle.

Pero el problema no termina, porque los ataques han continuado. Además del asesinato de ayer, se han producido decenas de peleas con heridos por arma blanca. Este jueves se reúne la junta de seguridad de Usera para ver qué medidas tomar.