Los tenía sin papeles y atados en su finca. La Guardia Civil ha rescatado a esos dos linces protegidos en Cantabria: tirando del hilo descubrieron que los animales habían sido vendidos de forma ilegal. Había viajado hasta Toledo para comprarlos después de ver vídeos en redes de gente que los tiene como mascotas.

Lilo y Stich, esta pareja de linces africanos (especie protegida caracal caracal), de unos 9 meses, vivían encerrados en una jaula, en Santiurde de Toranzo, Cantabria. Su propietario, y dueño de la finca, paseaba a los felinos por el pueblo. Los vecinos cuentan que había "personas que tenían miedo de los animales".

De hecho, fueron ellos los que avisaron al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), dependiente del Instituto Armado. Raúl Arias, portavoz de la Guardia Civil de Cantabria, ha asegurado que el propietario de los linces "carecía de la documentación necesaria para tenencia de una especie protegida".

El dueño de los dos caracales ha afirmado a los agentes que creía tenerlo todo en regla, como le aseguraron los vendedores en la provincia de Toledo. Cuando la Guardia Civil contactó con ellos "se averiguó que en ese establecimiento habían sido vendidos los animales, pero carecían de factura y de la documentación necesaria", señala Arias.

Según explica Berta Álzaga responsable de comunicación de AAP Primadomus, el propietario, interesado por este tipo de especies de moda y permitidas, con sus pertinentes permisos, en varias comunidades, "vio a gente con estos animales en redes sociales y decidió que él quería tener caracales también".

Como los vendedores, han sido investigados como presuntos autores de un delito relativo a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos. Los felinos han sido trasladados a un centro de animales de Villena, Alicante donde recibirán todos los cuidados necesarios durante los próximos meses.