La Guardia Civil centra en las últimas horas sus esfuerzos en encontrar algún vestigio científico en los dos coches intervenidos tras las detenciones del pasado martes por el asesinato de Javier Ardines.

Se trata de un Audi propiedad de Pedro Nieva y de un Citroen que habitualmente conducía el argelino arrestado el martes en Vizcaya y que presumiblemente sirvió para que él y su "consorte", encarcelado en Suiza por tráfico de drogas, se desplazaran hasta Llanes el pasado 16 de agosto, la fecha del crimen de Javier Ardines.

Los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO), llegados desde Madrid, revisan minuciosamente desde primera hora de la mañana esos vehículos, con la ayuda de Marley -perro de aguas español- y Athor -Pastor belga malinois-, dos canes del servicio cinológico de la Guardia Civil, especialistas en la búsqueda de restos biológicos y sustancias químicas.

Los especialistas buscan algún vestigio de restos o sustancias que relacionen el coche del argelino con el crimen, una vez que los investigadores han situado ese vehículo en la escena del asesinato de Ardines.

El concejal fue asaltado a la salida de su domicilio, golpeado y estrangulado, el pasado 16 de agosto. Los agentes creen que los asesinos pudieron emplear alguna sustancia para tratar de reducir a Ardines y eso es precisamente lo que buscan en las inspecciones de los coches.

Fue la propia mujer del concejal la que puso sobre la pista a los investigadores, ya que conocía o sospechaba que existía una relación sentimental entre su marido y su prima, una relación que también podría conocer Nieva.