"Evitar el sustantivo hombres como genérico, con carácter de 'especie humana o humanidad'. Así, habría que sustituir 'forma de organización de los hombres' por 'forma de organización del personal'", dice esta pauta en concreto.
No es la única. La guía, que fue presentada en la última reunión del Comité de Igualdad de la Guardia Civil que preside su director General, José Manuel Holgado, recoge una batería de recomendaciones sobre el lenguaje actual para que el personal del Instituto Armado "disponga de un documento propio y sencillo que unifique criterios y sirva de referencia en la forma de expresión de los documentos que constituyen la producción normativa del Cuerpo".
Su versión resumen consta de 15 páginas en las que a partir de las normas de la Real Academia de la Lengua para vocablos relativos a profesiones, cargos, títulos y actividades humanas, ofrece una relación de empleos de las Fuerzas Armadas para mostrar cuál es su forma correcta en femenino, a fin de evitar errores, como en "la alférez", "la coronel", "la asistente" o "la chófer".
A parte de los vocablos, recopila una serie de recomendaciones para evitar el lenguaje sexista, como "buscar, crear, ampliar el significado de nombres colectivos que sustituyan al masculino genérico", como apostar por "ciudadanía" en lugar de "ciudadanos", "plantilla" en vez de "trabajadores", "vecindario" por "vecinos" o "la redacción" en lugar de decir "los periodistas".
Insta también a preferir los pronombres y formas gramaticales pronominales y relativas, como "quien" o "cualquiera" en lugar de "el que"; a usar construcciones gramaticales impersonales "sobre todo en recomendaciones y órdenes", y a sustituir nombres genéricos masculinos por nombres abstractos comunes ("la medicina indica" en lugar de "los médicos indican").
Adoptar sistemáticamente el doble tratamiento para uno y otro sexo en documentos abiertos, alternando el orden o aplicando orden alfabético para que no haya siempre prelación del masculino sobre el femenino.
También se recomienda excluir la denominación "género" en tablas estadísticas donde los datos deben desglosarse por "sexo" porque, conforme explica, "las personas se clasifican y cuentan estadísticamente por el indicador 'sexo', que alude a sus diferencias biológicas, no por el 'género' que hace referencia a las diferencias de rol social".
Para la redacción de anteproyectos y proyectos de disposiciones normativas, así como para las notas de prensa y comunicaciones con los medios, la guía indica que "se debe procurar evitar utilizar un lenguaje que no sea conforme con el principio de igualdad de sexos".
En este sentido, dice que se evitará "en la medida de lo posible, la utilización del masculino genérico" y en el caso de artículos para la Academia, se procurará introducir ejemplos de ambos géneros, entre otras recomendaciones.