El Instituto Español de Oceanografía ha otorgado un sonar y un robot submarino al dispositivo de búsqueda de Anna y Olivia, las dos niñas desparecidas junto a su padre Tomás G. hace 20 días en Tenerife.
María Gámez, directora de la Guardia Civil, así lo solicitó al IEO, que ya ha facilitado el material. Así, ha garantizado que la Guardia Civil no escatimará esfuerzos "ni un día ni un solo instante" en la búsqueda de los desaparecidos porque, ha dicho, "ahora mismo es nuestra prioridad" y ha afirmado que transcurrido 20 días de las desapariciones, todas las hipótesis siguen abiertas sin que haya dado más datos al estar el tema bajo secreto de sumario.
Durante la última jornada, según ha podido saber laSexta, se ha realizado una inspección en la casa del padre de las pequeñas, a la que como novedad, se han incorporado perros especializados en encontrar rastros biológicos.
Y es que como insisten las autoridades, todas las hipótesis están abiertas. El juzgado de Güímar que instruye la causa circunscribe las investigaciones a un presunto delito de secuestro, pero se mantienen abiertas varias líneas de investigación, y, de hecho, el juzgado decretó una orden de búsqueda internacional. En paralelo, continúan las labores de búsqueda por aire y mar de los tres desaparecidos, padre e hijas.
Un sonar de última tecnología
El buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Ángeles Alvariño partió de Galicia y se dirigió hacia el puerto de Cádiz, desde el que salió en la noche del pasado viernes. A bordo de esta embarcación viaja el robot submarino no tripulado Liropus, capaz de maniobrar hasta 2.000 metros de profundidad, y que fue empleado para la observación del volcán submarino Tagoro, frente a La Restinga (El Hierro).
Con esta tecnología, la Guardia Civil rastreará el fondo submarino en un área delimitada por el geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio G.C., obtenido a través de un duplicado de su tarjeta, en la madrugada del 28 de abril, horas después de que se le perdiera el rastro.
Las cámaras de la Marina de Tenerife y un vigilante lo vieron salir por segunda vez a la mar con su lancha a las 00.30 horas. Antes, había entrado al puerto solo con su coche, desde el que llevó a su embarcación varias maletas y bolsas, y realizó una primera incursión al mar.
Cuando regresaba a puerto, la Guardia Civil lo interceptó y lo propuso para sanción por saltarse el toque de queda. En la embarcación, los agentes no encontraron nada sospechoso. A esas horas la madre de Olivia y de Anna, de 6 y un año de edad, aún no había denunciado su desaparición. Horas más tarde, la lancha fue hallada vacía y a la deriva frente al Puertito de Güímar, y después los equipos de emergencia localizaron flotando en el agua una silla de retención infantil que usaba Anna.
Más de una mes después de la riada
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