La Guardia Civil ha imputado a dos personas un delito contra la salud pública tras desmantelar en Novelda (Alicante) un laboratorio clandestino que adulteraba azafrán e intervenir 87 kilos de este producto alimentario, cuyo valor en el mercado oscila entre los 696.000 y los 870.000 euros.

El laboratorio clandestino, localizado por agentes del Seprona de la Comandancia de Alicante, mezclaba fibras "puras" de azafrán con otras fibras "estambre", no catalogadas como producto alimentario, por lo que su uso y comercialización no están permitidos.

Según un comunicado del Instituto Armado, en septiembre de 2018, la Red Europea de Fraude Alimentario remitió un caso, a través del Coordinador de la Unidad de Seguridad Alimentaria del Centro de Salud pública de Elda, en el que se denunciaba una supuesta adulteración de azafrán con extracto de gardenia.

Además, se señalaba que dicha adulteración se estaría llevando a la práctica en un local clandestino, situado en la localidad alicantina de Novelda. Las autoridades inglesas denunciaban que, tras realizar una inspección en una empresa de aquel país, detectaron la venta de azafrán de origen español, que, una vez analizadas sus características, resultó contener en torno a un 10% de fibras no pertenecientes a las fibras de estambres, propias del azafrán, lo que incumpliría la normativa al respecto.

La normativa indica que los estambres de azafrán no pueden venderse como azafrán propiamente dicho, al no tener la condición de producto alimentario, ni tampoco estar regulado, por lo que su uso (o mezcla) no está permitido. Por ello, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, en coordinación con la Unidad de Seguridad Alimentaria, realizó una inspección en la empresa señalada en la denuncia y que se dedicada al comercio de especias, en su mayoría al azafrán.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Novelda autorizó la entrada y registro de la empresa investigada, en cuyo interior se encontró un laboratorio clandestino en el que se realizaba la mezcla de la especia.

En ese momento se intervinieron 23 kilos de azafrán ya adulterado, en proceso de secado, además de diversos aditivos, supuestamente utilizados para la mezcla, como extracto de planta de gardenia y otros compuestos químicos. También se encontraron fórmulas y recetas para la adulteración y los utensilios para llevarlo a cabo, según las fuentes.