España está sufriendo su peor verano en cuanto a incendios. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), hasta el día 14 de agosto, en nuestro país se han registrado 50 grandes incendios solo este año. Se trata del peor dato de los últimos diez años, con datos muy superiores a los de 2012, cuando se quemaron 166.185,66 hectáreas y se registraron 30 grandes incendios.
Ya hemos tenido casi 400 fuegos y es que el calor y la sequía que convierten la vegetación en combustible son el cóctel perfecto. Pero hay más, porque el mal estado de los montes y la despoblación tampoco ayudan.
Si hablamos de grandes incendios forestales, aquellos que calcinan más de 500 hectáreas, vamos por el numero 49 del año y ya son cuatro veces más que la media de la última década. Han muerto tres personas y se ha batido el record de desalojados 27.500. Lo peor es que la previsión a futuro no es buena.
La cifra de siniestros totales también es superior a la media (7.171), situándose en 7.613. En 2012, el total estuvo en 12.357, con 7.800 conatos y con 4.557 incendios (de más de una hectárea). La superficie arbolada afectada supera casi diez veces la media registrada (17.891), con 104.736,61 hectáreas afctadas. En el caso del matorral, hay tres veces más superficie quemada que la media (32.832), con 106.609,60 hasta el 14 de agosto.
También estamos hasta el mayor porcentaje de superficie forestal nacional afectada, acercándose al 1% del total (0,824). Habría que sumar los grandes incendios durante los últimos cinco años para alcanzar la cifra que estamos viendo este 2022.
En lo que llevamos de verano, tres personas han fallecido a causa de los incendios, pulverizándose el récord de personas desalojadas, con 270.000. El noroeste peninsular acumula más de la mitad de la superficie forestal total afectada, con más del 53,29%. Le siguen las comunidades interiores (32,41%), la zona del Mediterráneo (13,1%) y Canarias (1,2%).