Lo primero que plantean es eliminar la fecha de caducidad de los alimentos, y sustituirla por la de consumo preferente para alargar su vida, siempre que no suponga un riesgo para la salud.

Productos como los lácteos, envasados, latas de conserva, legumbres o arroz. "Estamos hablando de que pierden sus capacidades organolécticas, que puede ser de textura, sabor, color... Que no suponen un riesgo para la salud del consumidor", explica Elisa Escorihuela, nutricionista y directora de Nutt.

La medida estrella, exenciones fiscales en el IVA para todo aquel que done comida, porque los europeos desperdiciamos mucho: 88 millones de toneladas al año.

En un supermercado de Valencia, reconocen que se tira demasiado y darían la bienvenida a ayudas para donar. "Obviamente, si recibiéramos ayudas fiscales claro que sí estaríamos dispuestos a donarlo", confiesa Noris Mercedes, propietaria de supermercados Tandy.

Para no desperdiciar, es importante planificar los menús diarios. "Huir de las compras masivas, de los grandes centros periféricos, por la compra compulsiva". Pero si se acerca la fecha de caducidad, hay neveras solidarias donde se puede donar y recoger las 24 horas del día.

Y si sobra, en una granja de Sevilla le dan una segunda vida a los alimentos sirviendo de comida para las gallinas. Menú ecológico que tiene además recompensa para el donante.