Entramos en 'CannaMitch', uno de los 200 clubes de fumadores de Marihuana que existen en Barcelona. En los últimos años, estos locales han proliferado tanto que la cifra llega a 500 en todo el país. Para crear un club como este hay que registrar antes una asociación de usuarios de cannabis siempre, por supuesto, sin ánimo de lucro.

"El Código Penal es muy ambiguo, nos advierte de que no podemos promover o facilitar el consumo de terceras personas", explica Jaume Xaus, secretario de la Federación de Asociaciones Cannábicas.

Para entrar aquí hace falta seguir un riguroso proceso. "No basta con llamar al timbre. Tienes que pedir una cita previa y tienes que venir con el socio que te la va a dar y te va a firmar el aval en la propia solicitud", relata Xaus.

Tras numerosas resoluciones judiciales a favor de estos clubes cannábicos el debate, entre calada y calada, está puesto en la nueva ley de seguridad que el Gobierno quiere poner en marcha. Con ella se multiplican hasta por 300 las multas por posesión en la vía pública y se penalizará el autocultivo, base de muchas de esas asociaciones.

En el club 'Dr Kannabis' de Madrid, socios de todas las edades tampoco entienden porque la marihuana en España no recoge el testigo de lugares como Uruguay o Colorado.

"Colorado es si cabe un ejemplo muy significativo, pues parte de Estados Unidos que ha sido siempre quien ha portado la bandera del prohibicionismo", reflexiona Bernardo Soriano, abogado de la Federación Madrileña de Asociaciones Cannábicas.

Un prohibicionismo que se romperá también, muy pronto, en Washington, Maryland, New Hampshire o Nueva York. El cambio de mentalidad puede rentar este año hasta 50 millones de euros en tasas al gobierno de Colorado.