El coraje y la generosidad de unos padres ha permitido conseguir un hito médico en España, donde por primera vez el Hospital Gregorio Marañón ha obtenido tejido perinatal para su trasplante de una niña que murió en el parto, cuyos progenitores donaron sus válvulas cardíacas para ayudar a otro bebé.

Y es que, a pesar de tener toda la información acerca de la grave patología de su hija, decidieron continuar con el embarazo y, en palabras de la doctora Carmen Viñuela, obstetra del citado centro madrileño, "que su hija llegara a este mundo para ayudar también de alguna forma a otros niños".

Así fue, porque a pesar de que la pequeña falleció intraparto, tres horas antes de la expulsión, el equipo médico consiguió que sus padres pudieran despedirse de ella y además salvar sus válvulas cardíacas para ayudar a otro bebé. "La paciente podía hacer perfectamente su duelo con su pareja el tiempo que necesitara con su hija", explica la especialista.

Y es que, según explica el coordinador de trasplantes del Gregorio Marañón, Braulio De La Calle, "hay casos de niños que no necesitan el trasplante del corazón entero", sino que su cardiopatía puede solucionarse "con un implante exclusivamente de válvulas".

Este caso supone todo un hito porque es la primera vez que se realiza un trasplante de tejido perinatal en nuestro país, un proceso complicado sobre todo por la inmadurez de los órganos.