No dan tregua
¿Las gaviotas han perdido el miedo?: Así es su 'modus operandi' para campar a sus anchas y robar comida en plazas y mercados
El contexto Con el mismo 'modus operandi' buscan su menú diario, atacando y robando los platos. Cualquier cosa les gusta: pescado, bocadillo y hasta unos churros con chocolate pueden formar parte de su dieta.

Resumen IA supervisado
Las gaviotas se han convertido en un problema creciente en varias ciudades españolas, como Barcelona y Cádiz, donde asaltan a los transeúntes para robarles la comida. En la plaza de Gardunya y el mercado de la Boquería, en Barcelona, estos pájaros atacan a los turistas, arrebatándoles platos de pescado, bocadillos e incluso churros con chocolate. Los comerciantes y vecinos denuncian que la situación empeora, ya que las gaviotas se han vuelto más agresivas y han hecho de estas áreas su territorio.
* Resumen supervisado por periodistas.
Están al acecho para ver qué consiguen picotear. Cada vez es más frecuente ver cómo las gaviotas asaltan a todo aquel que come en la calle. Uno de sus lugares favoritos es la plaza de Gardunya, en Barcelona, pero no es el único. También campan a sus anchas en el mercado de Cádiz.
Sigilosamente se acercan a los turistas buscando su objetivo, hasta que lo encuentran y no le quitan ojo. Las gaviotas buscan así su menú diario. "Cada día están aquí, llueva o truene", cuenta un vecino de la plaza de Gardunya.
Con el mismo 'modus operandi' atacan y roban los platos que llevan en la mano para llevar de la boquería. Cualquier cosa les gusta: pescado, bocadillo y hasta unos churros con chocolate pueden formar parte de su dieta.
"Cogen los platos, la gente se asusta, tiran los platos y ya tienen la comida ellas", cuenta otro vecino de la zona. Es lo que ocurre en los alrededores del mercado de la Boquería, en Barcelona: gente gritando y corriendo porque las gaviotas les han arrebatado la comida de las manos.
Los comerciantes denuncian que con el tiempo el problema va a peor. Así lo constata un joven, quien dice que "de siempre ha estado, pero últimamente se han vuelto más agresivas". Este, dice, "es ya su territorio".
Y es que en Pontevedra utilizan la misma técnica. Esperan pacientemente, vigilan, y al mínimo despiste, el pincho de tortilla es para ella. Sin ir más lejos, en el mercado de Cádiz eligen a la carta. "Hoy que me apetece boquerones, pues boquerones, salmón, pues salmón", explica cómo funcionan uno de los trabajadores del mercado. Quizá habría que preguntarse por qué estos animales han perdido el miedo.