Más de 19 millones de españoles eligieron la opción de compra online durante 2018, cuatro millones más que en 2017, según el estudio publicado por 'IABSpain' acerca del ecommerce. Esta asociación confirma que hace cinco años se entregaban 125.000 paquetes al día. En la actualidad, son más de un millón de paquetes diarios.
Este volumen de compra trae consigo la circulación masiva de camiones que, según 'Uno Logística', la Organización Empresarial de Logística y Transporte, constituye una fuente de contaminación que parece ser interminable.
Por un precio de entre tres o cuatros euros, estas compras internautas están provocando un aumento de la contaminación que hasta ahora se pasaba por alto. En 2019, Asedas, la Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados, publicó el III Observatorio Comercio Electrónico en Alimentación con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Autónoma de Madrid. En él se confirma que la actividad distribuidora está provocando daños en el medio ambiente.
A través de 2.300 entrevistas, el informe confirma que menos de la mitad de quienes practican el consumo de forma online entienden que esta actividad puede ser perjudicial, puesto que provoca "más residuos y contaminación". Ahora, tienen como reto hacer compatible la reducción de emisiones de CO2 con el crecimiento del reparto a domicilio.
"Si en vez de andar nos lo traen a casa en un vehículo, eso supone una serie de emisiones a las que se suman los residuos de envases, embalajes, etc. Y el consumidor online no es consciente de este impacto", explicó Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.
La lucha contra el lado oscuro online
¿Soluciones? Se plantean varias, pero complicadas tanto para el empresario como para el cliente. La primera es acudir a la compra de forma tradicional, pero surgen barreras, como el uso del coche, entre otros transportes, lo que hace que vuelvan a escena la contaminación y el daño al medio ambiente. Pero si los índices de contaminación se están viendo incrementados por el aumento del tráfico por transporte de mercancías, ¿qué otras fórmulas se plantean en el sector?
Numerosas empresas dedicadas al servicio de mensajería y transportes como DHL o UPS han renovado su flota de camiones con vehículos que reducen las emisiones contaminantes, o directamente eléctricos, con el objetivo de reducir a cero los gases contaminantes en 2050. En el caso de compañías como Carrefour, han optado por usar camiones de gas natural comprimido para conseguir reducir la emisión de óxidos de nitrógeno y un 95% el nivel de partículas emitidas en comparación con otros motores diésel.
No solo los únicos métodos. Así lo ha expuesto Correos Express con el proyecto MARES (Medios Alternativos de Reparto Ecológico y Sostenible). Aunque conserva los camiones con los que siempre se han llevado a cabo los repartos, establece como medios alternativos sostenibles de reparto las bicicletas eléctricas, vehículos eléctricos, vehículos a gas y los llamados backpackers.
"La mayoría de las grandes ciudades españolas tienen un centro monumental de enorme belleza que hay que cuidar y nuestro objetivo con esta iniciativa es limitar al mínimo el impacto de nuestro servicio, asegurando la calidad de las entregas a los clientes. Este medio alternativo de reparto junto con otros que ya tenemos en marcha, es el más idóneo. Además, está teniendo una gran acogida", explican fuentes de la compañía.
Hacer el camino más corto a los repartidores y concentrar las compras en un establecimiento es otra de las posibles soluciones. La mayoría de páginas web enfrenta al punto de recogida con la entrega en casa. Sin embargo, sea al precio que sea, la comodidad siempre gana. Una ubicación concreta donde recoger tus pedidos puede ayudar a mejorar la eficiencia y reducir las emisiones creadas por el sistema clásico de mensajería.
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