Un escrito remitido por la Fiscalía General de Medio Ambiente a la Policía Municipal de Madrid requiere que "profundice la investigación" en varios atestados de perros muertos "que podrían ser calificados como de 'suicidios caninos'".
Según el texto, estos supuestos "anteriormente no tenían lugar o, si ocurrían, eran casos bastante aislados", aunque "últimamente" se han sucedido con una "frecuencia llamativa" en distritos periféricos de Madrid.
Se trata de al menos tres casos de perros que se precipitaron al vacío desde balcones de pisos altos y otro en el que el can se asfixió con una bolsa de plástico.
Sin embargo, Alberto Díez, portavoz de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), asegura que la palabra suicidio "lleva a pensar en un contexto determinado, un paralelismo con la actitud humana" cuando en realidad "un perro no tiene capacidad de decisión sobre su futuro" y en consecuencia no puede planteárselo.
Sí podría llegar a saltar desde un balcón "como reacción a una situación extrema por hambre, sed o calor..., pero incluso entonces, sin conciencia de que eso le provoque la muerte; al contrario, es un acto de supervivencia, buscando huir de una amenaza".
Díez cree que "en el fondo es un problema de alarma: no se investigó suficiente los primeros casos y ahora ha llamado la atención", por lo que pide un estudio profundo de lo ocurrido.
La propia Fiscalía advierte en su escrito sobre la posibilidad de que se trate de un "nuevo modus operandi" para ocultar malos tratos bajo aparentes suicidios.
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