La Fiscalía cree que hay indicios de que el encargado de mantenimiento de los ascensores de la empresa Orona del Hospital de Valme, en Sevilla, es el responsable de que uno de ellos se pusiera en marcha con las puertas abiertas y a gran velocidad, lo que le costó la vida a Rocío Cortés, según ha adelantado la 'Cadena SER'.
La joven falleció seccionada por el ascensor, cuando era trasladada de una planta a otra del hospital sevillano tras dar a luz. Fue entonces cuando el elevador se puso en marcha sin que la camilla en la que iba Rocío estuviera por completo dentro del mismo, causándole la muerte.
El fiscal, según recoge el citado medio, ahora solicita a la jueza que continúe investigando al ascensorista por un presunto delito de imprudencia grave con resultado de muerte, mientras que pide el archivo de la investigación al celador que transportaba la camilla.
El accidente mortal tuvo lugar en agosto de 2017, cuando Rocío acababa de tener a su tercera hija por cesárea. Los informes técnicos ya concluyeron ese mismo año que el accidente solo pudo deberse a un fallo humano.
Para el Ministerio Fiscal, recoge la 'Cadena SER', la única explicación posible al accidente es que se llevara a cabo "un puente eléctrico o desbloqueo manual o mecánico" que anuló las medidas de seguridad que impiden que el ascensor suba con las puertas abiertas. Una maniobra que se habría realizado sin saber si había personas en el interior y sin avisarlas.
Además, según el fiscal, pasaron al menos dos minutos entre el aviso de la avería -el celador se había quedado encerrado con Rocío dentro de la cabina del ascensor y avisó a la centralita- y el accidente mortal, tiempo en que el ascensorista habría realizado esa maniobra.
En cuanto al celador, el fiscal considera que no incurrió en una negligencia porque el ascensor se manipuló desde fuera y ve lógico que empezara a sacar la camilla al ver que se abrían las puertas, no pudiendo prever que este se pusiera en marcha de repente.