A Ralph Yarl, de 16 años, le metieron un tiro por ser negro. Así lo reconoce el fiscal que lleva el caso y que acusa de dos delitos al hombre que disparó: asalto en primer grado y acción criminal. El joven ha sido dado de alta tras recibir dos disparos en la cabeza y el brazo por llamar al timbre equivocado. Iba a recoger a sus hermanos gemelos menores cuando se confundió de puerta.

Andrew Lester, de 84 años, ha sido acusado de asalto en primer grado, que podría acarrear una sentencia de cadena perpetua, y acción criminal armada por disparar a Yarl en la puerta de su casa alrededor de las diez de la noche del jueves pasado, según declaraciones del fiscal del condado de Clay, Zachary Thompson, recogidas por Reuters. "Puedo decirles que hubo un componente racial en el caso", expresó el fiscal del condado en una conferencia de prensa, sin proporcionar más detalles.

Según el relato familiar, el joven confundió la dirección de dos casas prácticamente iguales, y llamó a la puerta de una vivienda equivocada. Al abrir, el propietario le disparó en la cabeza; una vez en el suelo, le volvió a disparar. El joven habría salido corriendo posteriormente, intentando pedir ayuda hasta en tres casas diferentes.